No se puede prohibir, ni se puede negar
El derecho a vivir, la razón de soñar
No se puede prohibir, el creer ni el crear
Ni la tierra excluir, ni la Luna ocultar
No se puede prohibir, ni una pizca de amor
Ni se puede eludir que retoñe la flor
Ni del alma el vibrar, ni del pulso el latir
Ni la vida en su andar... No se puede prohibir
No se puede prohibir, la elección de pensar
Ni se puede impedir, la tormenta en el mar
No se puede prohibir, que en un vuelo interior
Un gorrión al partir, busque un cielo mejor
No se puede prohibir, el impulso vital
Ni la gota de miel, ni el granito de sal
Ni las ganas sin par, ni el deseo sin fin
De reír, de llorar, no se puede prohibir
No se puede prohibir, el color tornasol
De la tarde al morir, en la puesta de Sol
No se puede prohibir, el afán de cantar
Ni el deber de decir lo que no hay que callar
Solo el hombre incapaz de entender, de sentir
Ha logrado, al final, su grandeza prohibir
Y se niega el sabor y la simple verdad
De vivir en amor y en total libertad
Si tuviese el poder de poder decidir
Dictaría una ley
¡Es prohibido prohibir!