Ya no me cantes, cigarra Que acabé tu sonsonete Que tu canto, aquí, en el alma Cómo un puñal se me mete Sabiendo que cuando cantas Pregonando, vas tu muerte
Marinero, marinero Dime si es verdad que sabes Porque distinguir, no puedo Si en el fondo de los mares Hay otro color más negro Que el color de mis pesares