El cielo es un velo
de terciopelo de irreal suavidad.
Estrellas de hielo
que están de duelo con su luz fantasmal.
Ah, ah, ah.
Yo no sé cuál es la que brilla para mí.
Ah, ah, ah.
Díme tú cuál es la que tengo que seguir.
Estrellas de fuego.
Con ellas juego a volar más allá.
Ah, ah, ah.
Yo no sé cuál es la que brilla para mí.
Ah, ah, ah.
Díme tú cuál es la que tengo que seguir.
Cuentan la verdad en esta inmensidad.
Volveré a imaginar que son mías nada más.
Y que nadie las puede jamás alcanzar.
Ah, ah, ah.
Yo no sé cuál es la que brilla para mí.
Ah, ah, ah.
Díme tú cuál es la que tengo que seguir.
Flotan en la oscuridad,
en esta inmensidad.
Volveré a imaginar.
